15/12/09

Si muere Aminatu

Fuente:laopionin de murcia

PEDRO GUERRERO RUIZ

Cuando escribo esta columna no puedo saber lo que pasará el domingo, que ya será hoy en letra impresa, pero si todo sigue igual llevará veintiocho días de huelga de hambre una mujer de 42 años, considerada ya la Ghandi del Sáhara Occidental. "Volveré a mi casa de El Aaiún viva o muerta", ha dicho. Y aunque tiene un permiso de residencia por razones humanitarias, Aminatu no quiere la nacionalidad española y no quiere ser marroquí. Por eso Marruecos le considera traidora, porque sólo es saharaui y sólo acepta como su patria el Sáhara Occidental.
Ex colonia española, el Sáhara Occidental fue anexionado en 1975 por Marruecos, que propone para esta región una amplia autonomía bajo su soberanía. El Frente Polisario se opone y pide un referéndum de autodeterminación. Hasta aquí hemos llegado, parece que haya dicho Aminatu Haidar. Después de 35 años de terror de sus compatriotas, exige con su vida el reconocimiento del "derecho inalienable del pueblo saharaui a la autodeterminación", convocatoria que Marruecos viene violando reiterada y permanente.
Esta es la razón de la huelga de hambre de Aminatu. Lo demás, palabras sobre un mismo tema y contradicciones constantes en las declaraciones políticas de los grupos parlamentarios, incluida la de IU pidiendo que intervenga el Rey. Pero no se trata, como hace tantos años, de un entendimiento de monarcas, sino de una medida represiva de Marruecos que los países europeos y la ONU no han protestado y detenido hace años mediante medidas internacionales o, al menos, no han sido capaces de hacerlo hasta le fecha. Es la estrategia represora de Marruecos que tensa la cuerda para que Aminatu Haidar ceda en su lucha pacífica, en su huelga de hambre.
Pero si muere Aminatu, los derechos humanos, el Derecho internacional y los valores cívicos de expresión, que es tanto como la libertad, quedarán malheridos, y en estos momentos, en Tinduf, se acaba la paciencia después de más de treinta años. Ya no la tienen. Tienen dignidad y resisten, pero están angustiados. Su historia desde que España les dejó solos frente a Marruecos es sólo reflejo del incumplimiento de los acuerdos y las resoluciones internacionales; y los saharauis viven, si eso es vivir, expulsados de su tierra, sufriendo la falta de un padre, una madre o un hermano, que está desaparecido, encarcelado o muerto por el Ejército marroquí.
Es por eso que si muere Aminatu Haidar el Polisario podría volver a las armas. Porque ya no se puede vivir así, de la caridad humana, en el más absoluto de los abandonos y sin derechos, en el olvido de las organizaciones internacionales y en el destierro por emitir el sagrado derecho de opinión. Y es, precisamente eso, lo que anhela el poderoso Ejército de la monarquía alauí, que ha quebrado repetidamente todo tipo de acuerdos: la respuesta saharaui de las armas, para así poder finalmente enfrentarse a un ejército de hombres y mujeres de una inmensa dignidad, pero al fin y al cabo un ejército de muertos de hambre, como es el del sufrido pueblo del Sáhara Occidental.
Es una hipótesis, pero el tiempo dirá, si es que muere Aminatu Haidar, qué camino recorre el sufrimiento y si nadie para el triste final de una mujer que, mientras todos hablamos, nos está enseñando a vivir con la cabeza bien alta.


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