Estados Unidos irrumpió ayer en la crisis desatada por la expulsión de la activista saharaui Aminatou Haidar y pidió que se respeten sus derechos. La declaración fue interpretada como un espaldarazo por los seguidores de la independentista en huelga de hambre en el aeropuerto de Lanzarote para poder regresar al Sáhara Occidental.
"EE UU sigue preocupado por la salud y el bienestar de la activista saharaui", reza un comunicado del Departamento de Estado". "Instamos a que su estatus legal sea rápidamente establecido y a que se respete plenamente la legalidad y los derechos humanos", concluye.
El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, tiene previsto llamar hoy a Haidar, según fuentes de su entorno y otras diplomáticas. Moratinos no le trasladará ninguna nueva propuesta para dar satisfacción a su reivindicación, pero sí la congratulará por el Aid el Kebir (la Fiesta del Cordero), la más importante del islam, que parte de los musulmanes celebran hoy.
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