Cuando se cumplen diez días del inicio de la crisis que mantiene a la activista saharaui Aminatu Haidar retenida en el aeropuerto de Lanzarote después de ser expulsada por el gobierno de Rabat, las Naciones Unidas dan un prudente paso al frente.
Ayer se difundió un comunicado en el que su secretario general, Ban Ki-moon, expresó «preocupación» por la escalada de tensión entre Marruecos y el Polisario, citando específicamente la expulsión de Haidar como una de las causas.
Asimismo Ban Ki-moon insta a las dos partes a seguir cooperando con el enviado especial de la ONU Christopher Ross «para encontrar una fecha para abrir una nueva ronda de diálogo y avanzar hacia una solución política aceptada mutuamente». Hasta cuatro reuniones directas se han celebrado ya bajo los auspicios de la ONU en Manhasset, un suburbio de Nueva York, para desbloquear el conflicto en el Sahara Occidental.
El resultado ha sido siempre nulo. El gobierno marroquí se reafirma en la autonomía del Sahara como única salida política posible y el Polisario sólo acepta un referéndum que contemple la opción de la independencia.
El comunicado de la ONU informa también de que Ban Ki-moon ha contestado a la carta que le envió la semana pasada el Polisario acusando a Rabat de expulsar a Aminatu Haidar, entre otras cosas, para torpedear este diálogo. En su carta Ban Ki-moon sugiere que las dos partes colaboren con la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, para abordar la «dimensión humana» del problema.
Fuente:abc
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