Castilla y León envía los primeros manuales específicos para enseñar español en el Sahara, con textos adaptados por Ampusabe a la realidad de los campamentos
No tiene un Instituto Cervantes ni suele aparecer en las estadísticas oficiales, pero en el Sahara todavía se habla castellano. Muchos de los refugiados en los campos argelinos de Tinduf han mantenido como una de sus señas de identidad la lengua de la antigua metrópoli. Sin embargo, la enseñanza del español en esas condiciones se vuelve casi imposible, por eso la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui de Béjar ha decidido editar los primeros manuales diseñados específicamente para alfabetizar en castellano a la población de los campos saharauis.
El presidente de Ampusabe, Cipriano González, es el impulsor de una iniciativa que ha contado con el respaldo de la Diputación de Salamanca, la Universidad de Salamanca y el Instituto Castellano y Leonés de la Lengua, que han aportado los fondos y el personal necesario para elaborar un texto que permita abordar la enseñanza del idioma en el Sahara desde un prisma de cercanía.
González destaca que la desde hace años Ampusabe mantiene en los campos de refugiados un proyecto de solidaridad educativa que tiene sus dos pilares en el Centro de Enseñanza del Castellano en El Aaiun y una biblioteca de español en Smara, «convencidos de la importancia de mantener la esperanza mediante la educación en unas condiciones tan difíciles».
En este proyecto, puesto en marcha en el año 2002, Ampusabe ha ido sorteando varias dificultades, que han pasado desde la necesidad de construir los recintos adecuados para la enseñanza en medio del desierto hasta los problemas para encontrar material escolar que enviar a los campamentos.
Sorteados estos problemas, los responsables del proyecto constataron lo complicado que resultaba enseñar español con libros de texto «que hablan de realidades que son totalmente desconocidas para un habitante de Tinduf, como los rascacielos, los atascos o los semáforos», explica Cipriano González, que insiste en que «es muy difícil que alguien pueda aprender la palabra 'ascensor' si no ha visto nunca uno».
Por este motivo, Ampusabe solicitó la colaboración de las administraciones para editar un material específico que incluyera las realidades cotidianas de los campamentos como elemento de alfabetización, dando como resultados libros que hablan de «arena, de tiendas de campaña, de haimas, de nómadas, pastores y de cabras».
La vida occidental
De esta forma, el libro realizará un aporte cultural fundamental para los refugiados y su futuro y también facilitará el desarrollo del programa 'Vacaciones en Paz', que permite que cada año lleguen a España niños saharauis de hasta doce años para disfrutar de la vida occidental lejos de las difíciles situaciones de su vida diaria.
Uno de los principales objetivos de la publicación de estos manuales -que incluyen dos libros para el profesor y dos para el alumno- es precisamente que los niños puedan retener el aprendizaje del español que realizan durante sus estancias veraniegas. Además de los pequeños, el material tiene como destinatarias a las mujeres saharauis, auténtica columna vertebral en la vida diaria de los campamentos y con un papel fundamental en la preservación y transmisión del castellano en un entorno árabe parlante. Más de 600 mujeres participan cada año en los cursos de español que se organizan desde Ampusabe en el Sahara.
Fuente:Nortecastilla
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