La detención de ocho personas en octubre, al parecer por haber “cruzado la línea roja” sobre asuntos de la monarquía y la situación del Sáhara Occidental que se consideran tabúes, representa un grave atentado contra la libertad de expresión por parte de las autoridades marroquíes, según ha afirmado Amnistía Internacional hoy.
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Idriss Chahtane, director de la publicación semanal Almichaal, fue detenido tras publicar un artículo sobre el rey. Los otros siete son saharauis detenidos tras visitar los campamentos de Tinduf dirigidos por el Frente Polisario en el suroeste de Argelia. Todos están en la prisión civil de Salé.
Amnistía Internacional considera que los ocho son presos de conciencia, detenidos exclusivamente por ejercer su derecho a expresarse pacíficamente, y ha pedido su libertad inmediata e incondicional.
Idriss Chahtane lleva recluido en la cárcel civil de Salé desde el 15 de octubre, tras la decisión del Tribunal de Primera Instancia de Rabat de condenarlo a un año de prisión. Fue declarado culpable, en aplicación del artículo 42 del Código Penal de Marruecos, de difundir información falsa con “intención maliciosa” en relación con un artículo sobre la salud del rey Mohamed VI publicado en septiembre por el periódico Almichaal (número 226), en el que llevaba casi seis años trabajando. Además de la pena de prisión, se le ordenó pagar una multa de 10.000 dirham (unos 1.300 dólares estadounidenses).
El tribunal ordenó prisión inmediata para Idriss Chahtane a instancias de la Fiscalía General, a pesar de que la defensa había recurrido contra el fallo. El 15 de octubre, a las tres y media de la tarde, funcionarios encargados de hacer cumplir la ley se presentaron en la sede de Almichaal para llevar a cabo la detención. Según informes, Idriss fue llevado ante la policía de Casablanca antes de su traslado ese mismo día a la cárcel civil de Salé, cerca de la capital, Rabat.
Amnistía Internacional ha expresado igualmente su preocupación por el hecho de que Idriss Chahtane está recibiendo, al parecer, un trato punitivo en la cárcel civil de Salé: lo mantienen en régimen de aislamiento, lo obligan a dormir en el suelo con unas mantas como único colchón y, en varias ocasiones, no le han permitido pasar tanto tiempo al aire libre como otros reclusos en el patio de la prisión. Según afirma, compañeros reclusos lo insultan porque consideran que está “contra el rey”. El 30 de octubre inició una huelga de hambre de tres días como medida de protesta por sus condiciones de reclusión. Además, al menos en una ocasión, las autoridades penitenciarias no permitieron que su esposa, Siham Mekouar, que acude a visitarlo semanalmente con su hija de dos años y que está esperando otro hijo, le llevara alimentos. Siham afirma que su esposo ha perdido mucho peso desde que fue encarcelado.
Otros dos periodistas de Almichaal, Rachid Mahamid y Ali Mustafa Hiran, también fueron declarados culpables de participar en la publicación del artículo en el periódico (artículo 68 del Código Penal) y condenados a tres meses de cárcel y una multa de 5.000 dirham (unos 653 dólares estadounidenses). Continúan en libertad en espera de la conclusión de un recurso de apelación sobre su causa. Amnistía Internacional ha pedido que se anulen sus condenas.
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