8/11/09

Las otras barreras de la vergüenza

Se desintegró el de Berlín, pero catorce muros aún separan a personas en un mundo cada vez más globalizado. Son las otras barreras de la vergüenza, dispersas por todos los rincones y construidas por múltiples motivos: evitar la violencia, luchar contra el terrorismo, aislar una enfermedad como la fiebre aftosa e incluso proteger a una de las economías más potentes, como Arabia Saudí, de posibles invasiones.
Pero en el fondo subyace una razón: aislarse de la llegada del otro, evitar que el diferente alcance el 'dorado', una tierra prometida donde hallar un futuro mejor. Con este fin se construyó la cerca que separa Estados Unidos de México. 3.200 kilómetros de frontera, que se ha 'comido' una inversión de 1.600 millones de euros. Son grandes números, nada comparados, sin embargo, con la cifra de muertos provocados por este muro: 5.600 inmigrantes.
Menos africanos han perecido en la triple valla que separa Marruecos de Ceuta (8,2 kilómetros) y de Melilla (12 kilómetros). Al igual que la americana, dispone de la última tecnología para evitar avalanchas. Y cerca de allí surge «el muro de la vergüenza», calificación dada por las organizaciones de humanitarias a la 'tapia' erigida por Marruecos para aislar el Sáhara Occidental.
Estos artilugios de defensa se triplican en la cerca que separa Cisjordania de Israel. Quizás el punto más caliente del planeta. Un «muro de 'apartheid'» para los palestinos, una «valla de seguridad» para los judíos. Con 709 kilómetros -construida la mitad-, su objetivo es proteger a los hebreos de los ataques terroristas. Cuenta, por este motivo, con un suculento catálogo de elementos: vallas, alambradas, zanjas...
India y Pakistán
Con el mismo fin de luchar contra el terrorismo, India planteó la cerca que la 'custodia' de Pakistán; un país que observa cómo Irán también apuesta por aislarles en la región de Baluchistán. Este muro se proyectó para detener el contrabando y el tráfico de drogas, y ahora busca frenar el ingreso de extremistas islámicos en el país persa.
El 'yihadismo', del mismo modo, surge en las barreras que construye Uzbekistán, tanto en límite con Kirguistán y Afganistán. Tiene una década de vida, uno de los muros más jóvenes, al contrario que los que se empezaron a construir hace cuarenta años en Belfast para separar a católicos y protestantes. Eran 'líneas de paz' temporales. Muchas, en cambio, siguen en pie.
Igual que se mantiene el cercado que rompe Chipre en dos mitades: la turca (al norte) y la griega (al sur). Durante casi treinta años fue infranqueable. Ahora las tensiones se han relajado. Y el mismo camino parece seguir la valla del paralelo 38, barrera que separa a familias completas de las dos Coreas, construido en 1953 tras la guerra entre el norte y el sur. Un conflicto bélico está detrás, de la misma manera, del muro entre Kuwait e Irak.
Pero no todos son sanguinarios. Bostwana creó un muro, con bastante agujeros, para evitar que la gripe aftosa llegase desde Zimbabue -aunque la inmigración ilegal también impulsó la barrera-, y en Río de Janeiro se levantan para impedir que las favelas se 'coman' la rica vegetación de Bosque Atlántico.

Fuente:diaromontañes

No hay comentarios: