“Marruecos había recibido garantías de que no habría presencia oficial del Polisario en los festejos”, ha declarado a EL IMPARCIAL una fuente marroquí. “Sin embargo, cuando el primer Ministro Abbas el Fassi que presidía la delegación, accedió a la tribuna oficial, se encontró con que allí estaba Mohamed Abdelaziz”. El Fassi, al que acompañaba el ministro de Exteriores Tayeb Fassi Fihri, contactó con el Palacio Real alauita que le dio orden de retirarse inmediatamente de los festejos. El destacamento de las Fuerzas Armadas Reales, enviado desde Marruecos para participar en el acto castrense, también se retiró y no desfiló.
Rabat ha pedido “explicaciones oficiale” a Trípoli, por lo que considera “una actitud de abierta enemistad”. La crisis generada por este acto entre los dos países, significa un duro golpe para la diplomacia alauita. En la tribuna oficial se encontraban también los presidentes de Argelia y de Túnez, Abdelaziz Buteflika y Zine el Abidine Ben Ali, que arroparon con su presencia y con unidades militares de los dos países enviadas para participar en el desfile, al anfitrión Muamar Gadafi. Para rematar la afrenta diplomática, el líder libio declaró que “la única solución al problema del Sahara Occidental consiste en realizar el referéndum de autodeterminación”, lo que significa excluir la propuesta marroquí de autonomía regional en un marco de soberanía marroquí del territorio.
La brusca deterioración de las relaciones entre Trípoli y Rabat ha sorprendido al rey Mohamed VI en su residencia de Tetuán, donde aun estando oficialmente en convaleciente, ha sido visto practicando su deporte favorito estival de la moto náutica. El rey parece alejarse paulatinamente de los problemas candentes a los que debe hacer frente la maltrecha diplomacia alauita. Estos días ha estado en visita en Marruecos, el rey Abdalá II de Jordania, que se entrevistó en Agadir con el príncipe heredero saudi, Sultán Ibn Abdulaziz, ministro de la Defensa del reino wahabita. También ha llegado al país magrebí, el Presidente yemenita Ali Abdalá Saleh, con la intención de entrevistarse con el Príncipe heredero saudí. Yemen debe hacer frente a una rebelión islamista en el norte del país, y cuenta con el apoyo del régimen de Ryad para sofocar la sublevación.
Ninguno de los dos jefes de Estado, de Yemen y de Jordania, ha sido recibido por el rey Mohamed VI. Hecho que aumenta la desazón de la diplomacia marroquí, en un momento en que se acrecientan las presiones internacionales para “resolver el conflicto del Sahara Occidental”.
Fuente:elimparcial
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