12/8/09

“España sigue siendo la potencia administradora del Sáhara Occidental”




Maria Solá Maó
Comprender el conflicto del Sáhara Occidental desde el punto de vista jurídico puede resultar, a bote pronto, complicado e incluso tedioso. Nada más lejos de la realidad. El secretario general de la Asociación Internacional de Juristas por el Sáhara Occidental y fiscal anticorrupción de Alicante, Felipe Briones, consiguió ayer explicar la situación legal en la que se encuentra actualmente el territorio africano invadido por Marruecos de manera clara y concisa.

Desde el punto de vista legal, ¿cómo se interpreta el conflicto del Sáhara Occidental?
La parte fundamental es situar el contencioso del Sáhara como territorio no autónomo. Actualmente quedan tan sólo 16 territorios no autónomos en el mundo y el Sáhara es el más antiguo de todos ellos. Los territorios no autónomos tienen una condición jurídica y política distinta del Estado que lo está administrando. Esto significa que estos territorios necesariamente tienen que autodeterminarse, es decir que la población autóctona tiene que pronunciarse sobre cual quiere que sea el destino de esos territorios. En este sentido el referéndum es el mejor instrumento, aunque no es absolutamente necesario. La invasión militar de Marruecos en 1975 tiene varios efectos: por un lado, el Sáhara no deja de ser un territorio autónomo por este hecho y, por otro, no convierte a Marruecos en potencia administradora del territorio.

¿Quién es entonces la potencia administradora?
España abandona el Sáhara en febrero de 1976 cediendo la administración a Marruecos pero, para el Derecho Internacional y
para Naciones Unidas, una potencia administradora no puede abandonar unilateralmente sus responsabilidades en el territorio no autónomo. De este modo, el abandono por España del Sáhara es nulo y, según Naciones Unidas, España sigue siendo la potencia administradora del Sáhara Occidental.

¿Cuáles fueron las causas que motivaron este desentendimiento?
Siempre se han alegado razones históricas pero además no había una posición política unánime. En el año 1974 la ONU encargó a España un censo de la población saharaui con las miras puestas en celebrar un referéndum en el año 1975. España lo llevó a cabo y la pregunta que se le iba a formular a la población era doble: ¿Quieren ustedes ser un Estado independiente? o ¿Quieren quedar integrados definitivamente en España? El rey Hassan II, muy hábilmente, solicitó un dictamen al Tribunal Superior de Justicia de La Haya y eso paralizó la celebración del referéndum. En octubre de 1975 se pronuncia el Tribunal y el mismo día el rey de Marruecos tergiversa el dictamen e invita a la población marroquí a recuperar el Sáhara. Fue entonces cuando se organizó la Marcha Verde. El Príncipe don Juan Carlos viaja a la capital del Sáhara y ordena a las tropas españolas que no disparen un solo tiro. Por otro lado, había un ala dentro del gobierno franquista que era proclive a las tesis de Marruecos. Ahí hubo intereses bastardos y se aprovechó aquella época para regalar a Marruecos un territorio que era considerado provincia española.

¿Qué medidas tomó la ONU en ese momento?
Por un lado exigió a Marruecos que suspendiera la Marcha Verde y a España que, si no era capaz de organizar el referéndum, le traspasara la administración del Sáhara a Naciones Unidas.

¿Qué papel debería tomar hoy en día nuestro país desde este punto de vista?
España tendría que impulsar decididamente el referéndum para los saharauis. Existió un conflicto similar en Timor Oriental, cuya administración correspondía a Portugal. Indonesia invadió el territorio y Portugal nunca renunció a su condición de potencia administradora, rompió sus relaciones con Indonesia y se preocupó de denunciar lo que allí estaba ocurriendo. Hace diez años que se celebró un referéndum en Timor y ahora es un país libre.

¿Cuáles son los derechos que tiene el pueblo saharaui?
Como territorio no autónomo, los saharauis tiene el derecho a la lucha armada y esa lucha es perfectamente legítima. Por su parte la legislación internacional prohíbe que se pueda ayudar de cualquier manera a los estados que están controlando un territorio no autónomo para impedir que esa población se pueda autodeterminar. Es decir, cualquier ayuda a Marruecos sería ilegal pero cualquier ayuda al pueblo saharaui sería perfectamente legítima.

¿Cuál es la posición actual de la comunidad internacional?
Es importante señalar que la administración del presidente Obama ha roto lo que venía siendo la posición del gobierno de EEUU durante la era de Bush, que se caracterizó por apoyar a Marruecos en la tesis de una autonomía para los saharauis dentro de Marruecos. Obama apuesta por la vía del referéndum que incluya la opción de la independencia. De este modo se abre una nueva época que puede suponer alguna esperanza para resolver el conflicto, el único que queda en África de estas características.

¿Este cambio de postura de EEUU puede resultar clave para la resolución del conflicto?
Naturalmente. Lo irreversible para el Sáhara es la independencia. El pueblo se ha pronunciado por activa y por pasiva. Toda la región necesita de la estabilidad, que sólo la puede dar la independencia del Sáhara Occidental.

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