El comunicado conjunto de la cuarta cumbre hispano-argelina da un «carácter prioritario» a la resolución del «conflicto del Sáhara Occidental». Ambos países se comprometen a trabajar en el marco de la ONU para encontrar «una solución justa, definitiva y aceptable por Marruecos y el Polisario, que garantice el derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui». Animan al enviado especial del secretario general de la ONU a la zona, el estadounidense Christopher Ross, a mantener sus esfuerzos, para lo que le ofrecen su colaboración.
El escrito destila de principio a fin el «ambiente de buen entendimiento y mutua comprensión» de la reunión, que «ha reflejado el excelente estado de la relaciones bilaterales». Las delegaciones apoyan todas las gestiones internacionales para lograr una solución para el conflicto árabe-israelí sobre la tesis de los dos estados, el avance de la Alianza de Civilizaciones y la moratoria de la ONU para el uso de la pena de muerte. Dejan constancia de unas muy buenas relaciones comerciales, con España como inversor preferente y Argelia como gran suministrador de gas, y el país africano anima a las empresas españolas a continuar por el mismo camino.
El Gobierno se compromete a trabajar para afianzar la situación argelina como «socio privilegiado» de la Unión Europea y Argelia apostará junto a España por un plan de implantación de energías renovables y mejora del medio ambiente en el Mediterráneo. Ambos países avanzaran en la lucha contra la inmigración ilegal.
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