Para la OLP es estratégico solicitar la ‘unidad de los países árabes’ a favor de la causa palestina y obvia (cuando era revolucionaria, más ahora que es un aparato controlado por la dirigencia de Al Fatah) la naturaleza y el ejercicio del poder de los regímenes árabes. Hace llamamientos al pueblo y a la calle árabe, pero sabe que no se puede meter en el avispero de la actuación política de los Gobiernos árabes y sus disputas: Argelia –Marruecos y Marruecos el Frente Polisario, porque depende económicamente (y políticamente) de ellos
CSCA
Primero hay que señalar que tradicionalmente, aún mirándose con simpatía, los palestinos no han hecho mucho caso público a los saharauis porque su organización, la OLP, tiene un estatus oficial reconocido por las Naciones Unidas y es miembro de la Liga de Estados Árabes y tiene que estar a bien con los Estados que la conforman.
Para la OLP es estratégico solicitar la ‘unidad de los países árabes’ a favor de la causa palestina y obvia (cuando era revolucionaria, más ahora que es un aparato controlado por la dirigencia de Al Fatah) la naturaleza y el ejercicio del poder de los regímenes árabes. Hace llamamientos al pueblo y a la calle árabe, pero sabe que no se puede meter en el avispero de la actuación política de los Gobiernos árabes y sus disputas: Argelia –Marruecos y Marruecos el Frente Polisario, porque depende económicamente (y políticamente) de ellos.
Por otro lado, la capacidad e historia de la lucha palestina por su libertad y su patria, los apoyos populares a nivel mundial, en muchos ámbitos internacionales, occidentales o progresistas ha eclipsado la lucha del pueblo saharaui.
En nuestro país, por la cercanía y ser origen del problema saharaui, no tanto. Pero en todo caso, las fuerzas políticas y sindicales simpatizantes con ambas causas han sido amplias y, en bastante grado, cubren todo el espectro político. Quizá, ahora, la causa saharaui despierte más apoyo en todo el arco ideológico y parlamentario y, a su vez, posturas sionistas (republicanas estadounidenses, neoliberales) son cada vez más defendidas en público por la derecha y nacionalistas porque el trabajo del lobby e influencia de los medios de comunicación también ayudan ‘a su señor’.
Por eso es relevante ver, ante dos situaciones cercanas, el diferente trato que han recibido por parte de las fuerzas políticas y sindicales. Y la mejora, tenue que ha habido. Nos referimos a qué textos han sido redactados ‘colectiva y en aras de un consenso’ en la crisis de Gaza, en diciembre de 2008 y enero de 2009, y la crisis protagonizada por la activista de derechos humanos Aminetu Haidar y de fondo el derecho a la autodeterminación saharaui.
En ambos casos, diferentes redactores escribieron dos textos que sus líneas de petición máxima eran acotadas por los ‘grandes’: PSOE, UGT, CCOO, IU, más el representante (s) de la causa a discutir Palestina o Sáhara.
En el primer caso, el palestino, para que el PSOE firmase y esta era una condición necesaria para que a su vez lo hicieran CCOO y UGT, se eliminó cualquier referencia concreta a la petición de sanciones a Israel (¡cómo la compra venta de armas!) o la suspensión del Acuerdo de Asociación UE-Israel (que establece que se suspendería en caso de vulneración de los derechos humanos). Ese condicionamiento arrastró, por la debilidad del resto de las organizaciones, a la admisión del siguiente párrafo: “Reclamamos a los gobiernos y las instituciones internacionales la adopción de las medidas de presión necesarias, condicionales al respeto de los derechos humanos en las relaciones con Israel, para que se alcancen estos objetivos y para que se resuelvan las causas del conflicto, que no es otro que la ocupación.” (ManifiestuMadridconfirmantes.pdf).
El epílogo es esclarecedor, Gaza sigue bloqueada. España se abstuvo en la votación del Informe Goldstone, se han reforzado vínculos militares, se ha cambiado la ley de jurisdicción universal a pedido israelí y Moratinos considera que Israel, a pesar de que sigue construyendo el Muro –como lo vió el Presidente Rodríguez Zapatero en una reciente visita en la zona- o ampliando las colonias o judaizando Jerusalén, considera que Israel es merecedor del Estatuto de Vecindad que haría de Israel un cuasi socio (¡¿por tener los mismos valores!?) no sólo comercial (¿con los productos de los asentamientos y la economía palestina colonizada?), si no de toda índole de los países de la Unión Europea.
En el segundo caso, el saharaui, quizá aprendiendo de lo anterior, CCOO y UGT trajeron a discutir y consensuar un texto sin mácula: “Solicitamos expresamente de la Unión Europea la revisión de los acuerdos con Marruecos y la suspensión el Estatuto Avanzado dada la vulneración de los derechos humanos por Marruecos.”. Que finalmente se quedó en, “ Solicitamos expresamente de la Unión Europea la revisión de los acuerdos con el Reino de Marruecos y la suspensión del Estatuto Avanzado, dada la vulneración de los derechos humanos por parte del Reino de Marruecos.”
El PSOE convocaba la manifestación cuando todavía no estaba despejado el desenlace de la huelga de hambre, pero no firmaba el Manifiesto y daba otra posibilidad para firmarlo, aceptada por los sindicatos, pero no aceptada por el resto, que decía: "De mantenerse por parte marroquí la actual situación que impide el regreso de Haidar a su casa, solicitamos que la Unión Europea revise los acuerdos con Marruecos y abra un periodo de reflexión sobre el Estatuto Avanzado."
El epílogo ya lo conocemos, una vez que Haidar ha vuelto a casa y el drama desaparece de los medios y no hubo manifiesto. Los activistas de derechos humanos son perseguidos. Y la UE, con aquiescencia española, constata que el derecho marroquí se ejerce en el Sahara y que se respetan los derechos humanos y, por eso, es positivo que la UE firme el Acuerdo de Asociación (que cubrirá el territorio saharaui) con Marruecos.
Será necesario otra tercera crisis para que el listón sea más justo, los redactores consigan de nuestros políticos pronunciamientos claros y que no haya tan funestos epílogos.
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