El rostro de Omar retratada por el fotógrafo Mauricio Peña.
Los ojos de Omar. Su mirada inocente posada sobre el objetivo del fotógrafo Mauricio Peña. "Mírame". Unos ojos fijos, serenos, que reclaman la atención de quien se los cruza. La imagen de Omar apoyando su cabeza sobre las manos – "quiero quedarme en León, no tengo dónde"– es el origen de una historia que se remonta unos años atrás. El empresario leonés Agustín Flórez miró los ojos de Omar en EL MUNDO y su vida cambió. Él y los otros cinco pequeños consiguieron un hogar leonés para aquel verano.
Es precisamente Flórez el promotor de la cena benéfica que acoge el jueves el Parador y que pretende reunir a cuantos más leoneses mejor para recaudar fondos para el equipamiento sanitario del hospital nacional de Rabuni, en Smara, una zona del Sáhara que quedó arrasada tras unas tormentas e inundaciones que dejaron sin nada a 1.750 familias.
Desde aquel 'encuentro' fotográfico, la familia de Agustín Flórez acoge cada verano al pequeño Omar, aunque asegura que "es mucho más lo que él nos aporta a nosotros". "Son unos niños tiernísimos que te hacen reconciliarte con la vida", dice.
La ternura de Omar, su inocencia, la alegría que llevó a su casa, le dio la idea hace unos meses. Ya antes de navidad, Flórez pensaba hacer "algo" para devolver "un poco de lo que nos da a nosotros Omar". Tras la terrible devastación de la zona de Smara, Agustín se dijo "ahora", y poco a poco llegaron las adhesiones.
La Cámara de Comercio y las dos asociaciones empresariales de León –Fele y Cel– aúnan fuerzas por una causa común. Junto a ellos, la estrecha colaboración del Ayuntamiento de San Andrés y de varios 'socios' solidarios, como la diseñadora María Lafuente, como Paradores, como Bodegas Vile o infusiones Milvus. Un montón de pocos son mucho.
Ya están a la venta las entradas para una cena con la que se pretende recaudar unos 9.000 euros si se completa el aforo, unas 300 personas. Con cada ticket para la cena –60 euros– se regala una camiseta diseñada por la leonesa María Lafuente. Además, las prendas también se venden 'sueltas' por 15 euros. También hay una 'fila cero' para quienes no puedan asistir a la cena benéfica y sí quieran aportar su granito de arena a una causa que lo merece. Mil maneras de ayudar, cero excusas.
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