La expedición, compuesta por cien personas de Cantabria por el Sáhara y otros organismos, partió del aeropuerto de Parayas a las 21:30 horas del pasado 9 de abril en un avión de Air Algerie con destino al aeropuerto militar argelino de Tinduf. La bodega del avión iba a rebosar y, aún así, una pequeña parte de la ayuda humanitaria no pudo ser embarcada. Material escolar; ejemplares de 'El Quijote Ilustrado' donados por el CEIP Amós de Escalante de Torrelavega; material deportivo donado por el CEIP Manuel Liaño de Barreda y por el Racing de Santander; medicamentos donados por el Centro Farmacéutico del Norte y el Grupo Cofares; material médico-quirúrgico ofrecido por el Hospital Valdecilla, y equipos ópticos formaron el grueso de la ayuda humanitaria que partió de Santander.
La expedición llegó a los campamentos saharauis a las cinco de la madrugada. Sólo una hora después, el grupo de cineastas de Alouda se sumaron a los integrantes de 'La columna de los mil' que, a bordo de camiones y todoterrenos, partiero a las seis de la mañana en dirección a las proximidades del muro levantado por Marruecos.
Un muro que divide
Con una longitud de 2.700 kilómetros, este muro divide el Sáhara Occidental: en el lado Atlántico, los Territorios Ocupados por Marruecos; del otro lado, los Territorios Liberados, controlados por el Frente Polisario.
La iniciativa, organizada por un colectivo de universitarios españoles agrupados bajo el nombre de 'Voluntad y Determinación' y la Unión Nacional de Mujeres Saharauis, repitió así la experiencia del año pasado, con la presencia de más de dos mil personas. Su objetivo no fue otro que protestar por la existencia de un muro que «separa familias, impide el libre tránsito de personas y animales, con más de cinco millones de minas antipersonas que cada año matan y mutilan decenas de personas, y que está custodiado por mas de cien mil efectivos del ejercito marroquí». Todo esto supone «una importante sangría económica para el pueblo marroquí y una flagrante violación de la legalidad internacional».
Todo transcurrió con una tensión controlada. A un lado del muro, las banderas saharauis, los cánticos y los gritos de libertad y de 'No al muro de la vergüenza' y las manos entrelazadas de los manifestantes. Al otro lado, los efectivos del ejército marroquí. De repente, jóvenes y mujeres saharauis, desoyendo las órdenes de la organización, avanzaron hacia el muro. Los manifestantes arrancaron trozos de alambrada y lanzaron piedras contra los soldados marroquíes, bien armados y parapetados en sus posiciones. Sonó la voz de alarma, «¡Minas!», y poco después, un estampido seco. Una mina cercenó la pierna del joven saharaui de 16 años Brahim Husein Labeid y hería más levemente a otros dos jóvenes saharauis. «Todos teníamos una mina esperándonos. Con el teleobjetivo de mi cámara podía ver como los soldados marroquíes nos miraban expectantes, esperando a ver quién de nosotros sería el primero en caer. Desde ese día no hay momento en que no me plantee porqué fue ese chico y no yo», señaló Héctor Herrería, miembro de la expedición cántabra.
Reuniones de trabajo
El sábado, 11 de abril, comenzaron las reuniones de trabajo programadas con las distintas instituciones, autoridades y organizaciones saharauis. El primer encuentro fue con el presidente de la Asamblea de la Media Luna Roja Saharaui, Buhaboili Yahía, quien expuso la situación de «emergencia permanente» en la que se encuentran los refugiados saharauis y agradeció la ayuda que se envía desde Cantabria que, unida a la procedente del resto de regiones, «apenas cubre un 5% de las necesidades alimentarias de la población refugiada, pero que es valorada muy positivamente por lo que supone de acompañamiento en la resistencia que mantienen desde hace más de 33 años».
En el encuentro con el Ministro de Cooperación, Salek Baba, celebrado ese mismo día, se habló de la marcha de los proyectos que Gobierno, ayuntamientos y Cantabria por el Sáhara tienen en marcha en los campamentos: granja avícola, el centro de educación especial, ganadería camellar..
El día 13 comenzó con una emotiva visita al centro de educación 'José Félix García Calleja', ubicado en el campamento '27 de febrero', donde se hizo entrega de diverso material escolar y se recordó la figura del que fuera Director General de Asuntos Europeos y Cooperación al Desarrollo del Gobierno regional.
Tras nueve días de reuniones y de intenso trabajo de la Comisión Sanitaria, con una media de quince operaciones cada jornada, la expedición cántabra aterrizó en Parayas a las 7:40 horas del sábado 18 de abril. Nueve días de reencuentro con las familias y amigos cosechados a lo largo de años de relación con este noble y hospitalario pueblo. Días que sirvieron para que los miembros de Cantabria por el Sáhara nos reafirmemos más, si cabe, en el apoyo político y humanitario al Pueblo Saharaui y en la denuncia de la injusta situación que padecen desde hace años.
Fuente:diariomontanes
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